Imagen: duster132
La noche anterior soñó con la torre inalcanzable. Día tras día escalando sin lograr ver la cima. Primero la impaciencia, luego la edad, la barba crecida, el cuerpo maltrecho, y al fin, el tiempo le vence. Se detiene un momento a mirar su último atardecer; ve la luz roja del sol oscilar en el horizonte y piensa en los muchos hombres que murieron erigiéndola. Qué confuso es morir pensando en una lengua extraña, dijo y cerró los ojos.
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